NIVEL 1: EL PENSAMIENTO
“Lo que piensas, atraes”.
El pensamiento es el primer nivel por el cual se ejerce el poder de atracción. Este poder se origina debido al campo eléctrico del cerebro. Un pensamiento prolongado durante un determinado lapso tiende a convertirse en realidad, por ejemplo, las personas que normalmente piensan en posibilidades negativas atraen a su vida situaciones así. Esto aplica también para el polo positivo. Por otro lado, el campo magnético del corazón es mucho más grande que el campo eléctrico del cerebro, así que la realidad que hay en el corazón suele ser la que se manifiesta físicamente por lo que sería buena idea empezar a hacer más caso a nuestras corazonadas y a pensar más con este órgano (más allá del enamoramiento, lo cual es idéntico a la embriaguez). Para atraer algo desde el nivel del pensamiento utilizando la imaginación o visualización se requiere constante práctica.
NIVEL 2: EL DECRETO
“Lo que hablas, atraes”.
El decreto tiene un poder mucho mayor al pensamiento. El campo eléctrico del cerebro sólo llega unos centímetros alrededor del cráneo, así sólo las neuronas y algunas otras células son influenciadas por su energía. En cambio, con el decreto la energía sonora emitida es escuchada por todas la células del cuerpo, lo que hace que un porcentaje mucho más grande trabaje a nuestro favor. Así que si visualizas abundancia para tu vida pero siempre hablas de crisis, de carencia, de escasez la realidad es que atraerás a tu vida aquello que hablas, aunque sea una queja. Hablar de situaciones negativas nos vuelve propensos a que ocurran dichas situaciones, ya que crean esa frecuencia y, más tarde, la sintonizan. Esta es la razón por la que en los libros sagrados se considera el habla como una espada de doble filo, misma que puede llevar a la victoria o a la derrota, por eso hay que usar correctamente el poder de cada palabra que emitimos.
NIVEL 3: LA EMOCIÓN
“Lo que sientes, atraes”
Cada vez que experimentamos una emoción estamos enviando una señal magnética al Universo. Por ejemplo, al sentir Amor, el Universo recibe un destello que devuelve nuevamente hacia el emisor. Por otro lado, las personas que tienden a sentirse tristes atraen situaciones que les reafirman su tristeza. La emoción es mucho más fuerte que el pensamiento y que el decreto ya que es contagiosa, por ejemplo, cuando escuchamos la risa de un niño todos los que estamos presentes nos reírnos, ya que su energía emocional llena el ambiente y esto hace que se incremente aún más su Poder Personal (energía vital). La emoción, sumada al decreto o al pensamiento, tiene una mayor efectividad para crear la realidad en un menor tiempo.
NIVEL 4: LA VIBRACIÓN
“Lo que vibras, atraes”
Muchas veces pensamos que emoción y vibración es lo mismo pero no es así. La emoción nace en el corazón; la vibración se irradia desde el plexo solar (boca del estómago o tercer chakra: el de la voluntad). Cuando una misma emoción, por ejemplo de Amor, se ha experimentado durante un lapso determinado se convierte en una vibración rítmica y pasa al siguiente nivel de atracción, ahí es cuando se siente la vibración en el plexo solar, conocido de manera coloquial como “mariposas en el estómago”, que pueden llegar a sentirse no solamente a través del enamoramiento, sino también de experiencias místicas o inefables. Al llegar a este punto de vibración atraemos a nuestras vidas más cosas de esa misma frecuencia.
Al vibrar en Amor, atraemos más Amor, manifestando mejores relaciones, abundancia y salud. Sin embargo, es posible vibrar muchas más emociones en el plexo solar y, si te das cuenta, la mayoría de las personas vibran en odio, envidia, rencor y envían maldiciones sin estar conscientes de que todo lo que desean para otros, lo están llamando para sí.
¿Qué estás atrayendo a tu vida con tu vibración? ¿Y qué es lo que realmente quieres atraer?❤️❤️❤️❤️
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